El primer pueblo abrió sus puertas en 1950, en un pinar bordeado de playa en Alcudia, un pequeño pueblo pesquero de la isla de Palma de Mallorca. Ese primer año, 2600 personas se marcharon. París-París, por 16 800 francos, 15 días de vacaciones, 36 horas de tren y una travesía en barco, todo ello sin ninguna comodidad.
En 1951, Alcudia no pudo abrir por la sencilla razón de que el club tuvo conflictos con el clero español, que no estaba del todo de acuerdo con ver a jóvenes en traje de baño. ¡Fue un desastre, al menos en aquel entonces! Así, el club alquiló un pequeño hotel en el Puerto de Alcudia a última hora, pero no tuvo el éxito esperado y las relaciones con el gerente fueron difíciles. Ese mismo año, se inauguró el pueblo de Golfo di Baratti en la Toscana, junto a una hermosa playa de arena volcánica negra. Posteriormente, en los años siguientes, vería la luz en Corfú, más conocida como Ipsos, la isla de Elba, Montenegro, en Yugoslavia. Estos primeros pueblos serían de lona, con el equipamiento suministrado por la empresa Trigano.
En un texto, Jean Pierre BECRET indicó que en el momento de la inscripción cito:
¡Fue una locura! Tuvimos que abrirlas primero a los antiguos socios, luego a los nuevos socios apadrinados, y después a los que no lo estaban... Un año, quinientas o seiscientas personas hacían cola en la Rue de la Bourse cuando se abrió la inscripción. Al año siguiente, distribuimos ejemplares pequeños. Al año siguiente, con estos ejemplares pequeños, repartimos vales para un café en el bistró de al lado, que habíamos pedido expresamente que abriera.
Vídeos
Alcudia, el primer pueblo del Club Mediterráneo. Un breve montaje con películas e imágenes.
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